Lo más probable es que muchos conocen el nombre de Stephen Hawking, científico responsable de las teorías más importantes sobre los agujeros negros y la mecánica cuántica, sin embargo pocos conocen la enfermedad que padecía, la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
En este artículo no vamos a enfocarlo hacía el científico mencionado, si no a la enfermedad que padece, y sobre un estudio sobre el Cannabidiol (CBD) y esta enfermedad.
¿Qué es la esclerosis lateral amiotrófica?
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) o también conocida como la enfermedad de Lou Gehrig, es un trastorno progresivo y degenerativo del sistema nervioso central, incluyendo el cerebro, el nervio óptico y la médula espinal. Se caracteriza por muchas áreas de inflamación y cicatrización de las vainas de mielina en el cerebro y la médula espinal.
La causa de la enfermedad es desconocida en la mayoría de los casos, teniendo solo instancia de que cada 1 de 10 casos se debe a un defecto genético, afectando a 5 de cada 100,000 personas en todo el mundo según datos de Medlineplus.
Esta enfermedad no afecta a los sentidos, sino a los músculos, provocando debilidad muscular, afectando este a la coordinación de los movimientos y a la realización de actividades rutinarias más básicas como caminar, respirar, hablar, etc. Los síntomas varían de individuo a individuo, dependiendo de la porción o porciones del sistema nervioso más afectadas. En las primeras etapas, los síntomas primarios pueden incluir episodios de mareo; fatiga extrema; problemas oculares como visión borrosa o doble; sensación de hormigueo y/o entumecimiento, especialmente en las manos y los pies; pérdida de equilibrio y/o coordinación; rigidez muscular; dificultad para hablar; temblores; o disfunción intestinal y vesical. Los síntomas secundarios, que son problemas que surgen debido a los síntomas primarios y no a la enfermedad subyacente en sí, pueden incluir pérdida ósea, desgaste muscular, parálisis, disfunción sexual, infecciones del tracto urinario y respiración débil. Muchas de estas condiciones secundarias ocurren como resultado de la disminución de la movilidad si la enfermedad progresa.
¿Diagnóstico y tratamientos para la ELA?
El diagnóstico de la EM no es una tarea sencilla, por lo que la enfermedad a menudo no se diagnostica durante algún tiempo. Los exámenes que se pueden utilizar para detectar la enfermedad abarcan la Resonancia Magnética (RM), para buscar signos de placas o lesiones; punción lumbar (punción raquídea), para detectar anomalías en los niveles de glóbulos blancos y/o proteínas del sistema inmunitario en el líquido cefalorraquídeo; una Prueba de Potencial Evocado Visual, realizada para evaluar la conexión entre la retina y el área visual del cerebro; una Prueba de Potencial Evocado Auditivo, que puede ayudar a detectar lesiones en el cerebro; y pruebas electrodiagnósticas que miden la velocidad a la que viajan los impulsos nerviosos (puede ser más lenta de lo normal en las personas con EM).
Al igual que el Síndrome de Tourette y otras enfermedades crónicas, la ELA no tiene cura por el momento, sin embargo, la Food and Drug Administration (FDA) ha aprobado el primer tratamiento de medicamentos para la enfermedad conocido como riluzole (Rilutek) para disminuir el avance de la enfermedad, aunque sin poder revertir el daño ya hecho a las neuronas motoras.
Aparte del tratamiento mencionado, existen diferentes tratamientos destinados a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Se recomienda que estos cuidados o tratamientos sean otorgados por equipos profesionales, como médicos, farmacéuticos, terapeutas físicos, etc. los cuales puedan proporcionar un plan y atención individualizado a los pacientes.
Según el National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NIH), los medicamentos pueden ayudar a reducir la fatiga, los calambres musculares, controlar la espasticidad, reducir el exceso de saliva y flema, contrarrestar el dolor, la depresión y problemas de sueño. La terapia física y los equipos especiales en cambio, pueden mejorar la independencia y seguridad de los pacientes.
Cannabis como alternativa emergente para el tratamiento de la ELA
La Cannabis tiene propiedades inmunomoduladoras (capacidad de regular las funciones inmunes), y efectos sobre la excitotoxicidad (proceso por el cual las neuronas se dañan), los cuales sugieren que las propiedades de esta planta podrían tener un papel modificador de la enfermedad, así lo declaró Jacob Kaufman, el 29 de abril de 2014 en un estudio titulado “Uso de Medicinal de la marihuana y valor terapéutico percibido en pacientes con ELA (P3. 014) “, publicado en Neurology.
Esta conclusión proviene de una encuesta anónima realizada en el 2014, a 102 pacientes que asistieron al Centro Penn ALS, desde junio de 2013 hasta Abril de 2014.
De las encuestas realizadas, se obtuvo la siguiente información:
– Aproximadamente 22 pacientes habían usado o estaban usando marihuana medicinal para tratar sus síntomas.
– De estos pacientes, el 75% considera que resulta muy eficaz para la estimulación del apetito, el 65% para conciliar el sueño, el 80% para el alivio de la ansiedad, el 70% para la depresión y el 60% para proporcionar relajación muscular.
El estudio concluyó con que la marihuana medicinal tiene un efecto positivo para el tratamiento de la ELA, consiguiendo estimular el apetito, aliviar la ansiedad y depresión, proporcionando relajación muscular y ayudando a los pacientes a conciliar el sueño.
Referencias:
1. Medline Plus, descripción: Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)
2. Instituto Nacional de Desordenes Neurologicos:
https://www.ninds.nih.gov/
Fuente: Sativida